La vida da muchas vueltas, y en ocasiones, en un instante sufrimos un accidente que desfigura nuestro rostro o daña alguna zona de nuestro cuerpo importante para el funcionamiento normal del cuerpo, empeorando no sólo la función sino la estética del mismo, o bien nacemos con alguna anomalía. Este tipo de adversidades que antiguamente no tenían solución, hoy en día se han eliminado gracias a la ayuda de la Cirugía Plastica.
Este tipo de rama de la medicina consigue que nuestro cuerpo funcione con normalidad nuevamente y se le aporte nuevamente un aspecto estético mucho más aceptable, e incluso normal. Y es que la cirugía plástica lo que pretende es poder corregir o reconstruir aquellas deformidades que se hayan ocasionado a través de un accidente (como un accidente de tránsito, un accidente laboral, un accidente doméstico e incluso una agresión por parte de otra persona), o bien aquellos defectos congénitos.
Este tipo de cirugía permite remodelar el cuerpo haciéndolo mucho más hermoso de cara a los demás y de cara a uno mismo. Es importante diferenciar entre dos tipos distintos de cirugía plástica, la cirugía plástica reconstructiva o reparadora y la cirugía estética o cosmética, ambas con unas funciones muy diferenciadas pero a la vez muy ligadas entre sí.
Gracias a la cirugía reconstructiva podremos solucionar problemas o daños en nuestro cuerpo que hayan sido producidos por quemaduras de todo tipo, ulceras por presión, ulceras varicosas, fracturas de la zona craneofacial, defectos congénitos, cirugía oncoplástica, y muchas otras opciones. En cambio la cirugía estética abarca campos como el implante de senos, la rinoplastia o la liposucción, entre otros campos.
La cirugía plástica puede ayudar a hacer recuperar la normalidad de la persona que esta afectada por un grave o importante problema visible y notable en su cuerpo que pueda afectar tanto en sus funciones diarias como en sus relaciones sociales, pasando por su autoestima.