Si bien Toledo es conocido como la “ciudad de las tres culturas”, no ha sido nada fácil mantener este título a través de los años.
Se trata de una antigua ciudad española, hoy municipio, que alberga numerosos edificios históricos, entre ellos varios medievales árabes, cristianos y judíos. Por lo cual ha sido declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986.
Pero cuando se trata de edificios muy antiguos, el trabajo de mantenimiento y refacción puede llegar a ser muy pesado a veces. Ya que varias de estas estructuras fueron hechas con piedra y otros materiales muy pesados. Entonces la refacción y otros trabajos de mantenimiento deben, en lo posible, realizarse empleando los mismos tipos de insumos.
Para las estructuras construidas con piedra, se procura traer materiales del mismo tipo e igual de resistentes. Por ejemplo, el Alcázar de Toledo, una antigua fortificación que hoy cumple la función de museo, fue construido sobre rocas. Su estructura es tan antigua que llegó un momento en el cual algunas áreas estuvieron a punto de ceder y colapsar. Para refaccionar estas zonas de la edificación se tuvo que traer algunas rocas para reemplazar las dañadas y rajadas.
Este trabajo representó un esfuerzo mayúsculo, pues el peso de las rocas, el cemento y otros materiales que se debían emplear jugaba en contra del tiempo y de los trabajadores que no supieron cómo mover semejantes cargas.
Sin embargo, el problema pudo ser solucionado con prontitud, gracias al esfuerzo y colaboración de algunos otros constructores y empresas de servicios como el alquiler de carretillas toledo que, sin duda, fue una de las colaboraciones más importantes, pues sin la ayuda de sus carretillas elevadoras no hubiera sido posible mover las rocas que se utilizaron en la refacción.
Conservar estructuras históricas y refaccionarlas representa un trabajo y esfuerzo mayúsculo. Ya que se trata de edificios que no generan ganancias para el Estado ni para algún empresario privado, simplemente son obras que se encuentran disponibles para el uso y apreciación de la población en general. Sin embargo, gracias a algunas fundaciones y organismos que trabajan en pro de la conservación histórica nada es imposible.
El verdadero trabajo está en educar y concientizar a las nuevas generaciones acerca del valor incalculable de estos edificios y obras de arte. Parte de lo que ha construido la humanidad y de sus logros más significativos se encuentra plasmado en estos hitos. Tenerlos a nuestra disposición y alcance hoy en día debería ser considerado un privilegio.